lunes, 8 de abril de 2019

Portada.




 -        Rodrigo R. Sánchez..........#24


Docente:

Ronald López


Abril de 2019

Introducción.

Se denomina período helenístico o helenismo a una etapa histórica de la Antigüedad cuyos límites  vienen marcados por dos importantes acontecimientos políticos: la muerte de Alejandro Magno y el suicidio de la última soberana helenística, Cleopatra VII de Egipto, y su amante Marco Antonio, tras su derrota en la guerra de Accio. Es la herencia de la cultura helénica de la Grecia clásica que recibe el mundo griego a través de la hegemonía y supremacía de Macedonia, primero con la persona de Alejandro Magno y después de su muerte con los diádocos o sucesores, reyes que fundaron las tres grandes dinastías que predominarían en la época: Ptolemaica, Seléucida y Antigónida

Estos soberanos supieron conservar y alentar el espíritu griego, tanto en las artes como en las ciencias. Entre la gente culta y de la aristocracia «lo griego» era lo importante y en este concepto educaban a sus hijos. El resto de la población de estos reinos tan dispares, Egipto, Siria, Macedonia, no participaba del helenismo y continuaba con sus costumbres, su lengua y sus religiones.

El Periodo Helenístico surge debido a la decadencia de las polis griegas - ciudades estado de la Antigua Grecia  y trajo la consiguiente dominación de Macedonia en el mundo griego. Alejandro Magno III de Macedonia - llamado luego el Magno - dirigiría una de las mayores expansiones en el mundo antiguo, abarcaría las regiones de Grecia, Macedonia, Egipto, Palestina, Persia y Mesopotamia. 

Sin embargo, el esplendor de ciudades como Alejandría, Antioquía o Pérgamo, la importancia de los cambios económicos, el mestizaje cultural y el papel dominante del idioma griego y su difusión son factores que modificaron profundamente el Oriente Medio antiguo en esta etapa.

Esta herencia cultural será asimilada por el mundo romano, surgiendo así con la fusión de estas dos culturas lo que se conoce como «cultura clásica», fundamento de la civilización occidental.

Los trabajos arqueológicos e históricos recientes conducen a la revalorización de este período y, en particular, a dos aspectos característicos de la época: la importancia de los grandes reinos dirigidos por las dinastías de origen griego o macedónico , unida al cometido determinante de decenas de ciudades cuya importancia fue mayor que la idea comúnmente aceptada durante mucho tiempo.

Este período se considera hoy como de suma importancia en el estudio de la Antigüedad, al contrario de lo que se consideró por mucho tiempo, pues se lo consideraba una mera etapa de decaimiento de la cultura griega.

Desarrollo.


El término «helenístico» fue utilizado por primera vez por el historiador alemán Johann Gustav Droysen en Geschichte des Hellenismus , a partir de un criterio lingüístico y cultural, es decir, la difusión de la cultura propia de las regiones en las que se hablaba el griego, o directamente relacionadas con la Hélade a través del propio idioma, un fenómeno alentado por las clases gobernantes de origen heleno de aquellos territorios que nunca tuvieron relación directa con Grecia, como pudo ser el caso de Egipto, Bactriana o los territorios del Imperio seléucida.

Este proceso de helenización de los pueblos orientales, y la fusión o asimilación de rasgos culturales orientales y griegos, tuvo continuidad, como se ha mencionado, bajo el Imperio romano.

Se trataba de una monarquía personal, a cuyo trono podía aspirar cualquiera que hiciera méritos suficientes en alguna de las distintas áreas del ejercicio ciudadano.

El título del soberano era basileus, y no había reglas estrictas respecto a la sucesión al trono, ni textos fundamentales que sujetaran su poder, por lo que eran reinos absolutistas.

La monarquía tuvo un corte claramente colonial, imponiendo a las naciones conquistadas la cultura macedónica y eligiendo a sus gobernantes locales de las élites dominantes.

Si en la época clásica la monarquía era común entre los asiáticos y repudiada por los filósofos griegos, en la época helenística lo fue entre los griegos.
El Imperio Macedonio estuvo a cargo de Filipino II hasta el primer tercio del siglo IV, cuando asumió Alejandro III, también llamado Alejandro Magno, en 336 a. C. Este nuevo rey gobernó apenas 13 años, desde sus dos décadas de edad, y realizó en ese período la conquista más rápida y poderosa de toda la historia antigua.

Alejandro murió prematuramente en el año 323 a. C., se asume que por envenenamiento, dejando un imperio consolidado a medias, y cediendo el trono a su hermano Filipino III, quien era una persona con discapacidad mental, y luego a su hijo póstumo Alejandro IV.

El alejamiento de la filosofía de las ciencias les permitió nacer en este período como un campo aparte, y florecieron gracias al mecenazgo.
Se construyeron academias, zoológicos, jardines botánicos, salas de medicina y disección, entre otras instituciones puestas al servicio del conocimiento científico. La matemática, astronomía y geometría fueron particularmente importantes durante el período.

Muchos de los inventos de los sabios helenísticos fueron empleados en el estudio científico hasta la llegada del Renacimiento.

Las artes también contaron con gran apoyo durante el período helenístico, si bien en literatura se siguieron los parámetros clásicos. Nació la filología y las artes plásticas alcanzaron su madurez: durante este período se hicieron algunas de las grandes obras de la humanidad que nada tenían que envidiar a la Antigüedad Clásica.

Dos de las llamadas “siete maravillas del mundo” por los romanos fueron construidas en la época: el faro de Alejandrina y el Coloso de Rodas. Además, se hicieron las célebres estatuas de la Venus de Milo, Diana Cazadora, Victoria de Samotracia y el Apolo de Belvedere.


Los diádocos
Tras la muerte de Alejandro Magno, el poder real del Imperio Macedonio residió en los generales, pues no había reglas respecto a la sucesión del trono, y los familiares directos de Alejandro no eran aptos para ejercer el poder (por discapacidad o por juventud).

Dichos generales se llamaban los diádocos y habían acompañado a Alejandro en su campaña contra los persas, y no tardaron en enfrentarse militarmente, debilitando la cohesión del imperio y acabando en la refriega con la familia de Alejandro.

Entre los diádocos más prominentes estaban Pérdicas, Ptolomeo, Casandro, Lisímaco, Antígono, Demetrio y Seleuco.


Los epígonos
Los epígonos (o “sucesores”) de los diádocos, lograron un precario balance entre las tres grandes dinastías macedonias: Macedonia y la Grecia continental fueron gobernadas por los antigónidas (descendientes de Antígono); Egipto, Chipre y Cilicia por los Lágidas; Asia menor, Siria, Mesopotamia y Persia occidental devinieron el Imperio seléucida. Hubo también otros reinos más pequeños, como el reino de Pérgamo, el reino de Epiro, los reinos de Ponto y Bitinia, o el de Siracusa.

Conclusión.


Durante el siglo II a.c los romanos ingresarían en la vida de los griegos. Después de la derrota de los reyes macedonios Felipe V y Perseo, los territorios pertenecientes del reino de Macedónica, inclusive Grecia, serian anexados por los romanos.

Durante la imparable expansión romana por el mar Mediterráneo Oriental, prácticamente todos los reinos helenísticos serian dominados; el último de ellos, Egipto, donde reinado Cleopatra de la dinastía Ptolemaica, seria derrotada y anexada en el año 31 a.c. lo que daría inicio al Imperio Romano con la coronación de Augusto.

Al término del siglo III los reinos en que se había dividido el Imperio Macedónico cayeron ante el Imperio Romano y tras dos siglos de dominación impuso su control total del Mediterráneo oriental.

La batalla decisiva de este proceso enfrentó a Octaviano, a la cabeza de las fuerzas romanas, contra Marco Antonio y su aliada Cleopatra, quienes fueron vencidos en Accio en el año 30 a. C.

Tres siglos más tardaría el Imperio Romano en conquistar todo el oriente próximo y absorber la cultura helenística, dando pie así al nacimiento del Imperio Romano en su totalidad indisputada.

Y la conquista trajo una combinación de ambas culturas, la cultura de la Grecia Antigua y la cultura Medio Oriental y con ellos trajo la conversión de la filosofía y ciencia  como sus costumbres

Referencia.